Un viernes de quincena
A veces me pregunto cual es el valor que le damos a la vida. Cuando ha sido lo del tsunami, pareciera que tardase la gente en reaccionar. Al menos por acá fue así, inclusive el gobierno fue más lento hasta que empezó la critica de parte de la sociedad.
Sociedad, esa misma sociedad que al menos uno espera ver reflejada un poco en ese trozo de canción de Silvio Rodríguez "donde las bombas que estallan a 1000 kilómetros del refrigerador no nos afectan en la mesa del comedor" lo lejano dicen, no duele tanto; pero aquello más cerca, Tampoco? Esto es por que en la plaza de por mi rumbo Torres Lindavista, el día de ayer ha habido un tiroteo en el asalto de un cajero automático al surtirlo, dentro de la plaza. .
El día de hoy a pagar el alquiler en otro banco de la plaza, me encuentro con un área en donde las paredes y el piso están con agujeros y marcados con números de los peritos, cristales rotos y que uno del par de automóviles de exhibición en los pasillos muestra varios orificios también. Al menos 175 casquillos recuperaron.
Y las personas caminan en sus asuntos, algunos se detienen a ver los orificios y he visto a un niño metiendo el dedo en uno de la pared ante la risa de sus mayores. El vendedor sigue ofreciendo autos con el que sigue intacto. Y algunos empleados bromeando cambian los vidrios. ¿Es una asombroso capacidad de recuperación del tejido social que dice "la vida continua" o una insensibilidad absoluta al par de muertos del día de ayer?. Hay cosas que me intrigan o uno esta fuera de lugar, una de dos.